Quincy Jones siempre había apreciado ser padre, y lo llamaba “una de las mayores bendiciones”. Estaba aún más agradecido de saber que sus hijos podían hacerle frente cuando era necesario. Aquí hay un vistazo a su diversa familia y cómo se ven hoy. El icónico productor de discos Quincy Jones falleció recientemente, dejando atrás su legado y siete hijos. El célebre compositor dio la bienvenida a sus hijos con cinco mujeres diferentes, cada una de ellas de diversos orígenes culturales.
Conocido por su inmenso orgullo por su familia, Quincy solía hablar sobre los talentos que poseían sus hijos y lo profundamente orgulloso que estaba de cada uno de ellos. Casado tres veces y con mujeres de diversos orígenes, abordó las percepciones públicas en una entrevista con Oprah Winfrey una vez. Cuando ella comentó sobre la suposición de que solo salía con mujeres blancas, Jones respondió: “He estado con todo tipo de mujeres de todas las nacionalidades”, y agregó que no se limitaría en función de la raza o la ubicación. Para él, las relaciones interraciales siempre habían sido “una forma de decir ‘Nadie puede ponerme límites'”, una mentalidad que llevó con orgullo durante toda su vida.
Con estas mujeres, Quincy abrazó la paternidad y, finalmente, crió a seis hijas y un hijo. En una conmovedora publicación del Día del Padre de junio de 2018, reflexionó sobre la alegría y la responsabilidad de ser padre.
“Nunca subestimes tu papel en la vida de tus hijos… Aprendí eso un poco más tarde en mi vida, pero estoy tan contento de haberlo descubierto finalmente porque ser padre es, sin duda, una de las mayores bendiciones”. El patriarca de la familia también recordó las palabras de su propio padre, recordándole que “una vez que una tarea acaba de comenzar, nunca la dejes hasta que esté terminada, sea grande o pequeña la tarea, hazla bien o no la hagas en absoluto”, un lema que influyó profundamente en la dedicación de Quincy a su trabajo.
Al reflexionar sobre la fortaleza de su padre para apoyar a la familia durante las dificultades de la Gran Depresión, la estrella veterana destacó la belleza de mirar fotografías antiguas, diciendo que le recordaban el amor y el compromiso inquebrantables de su padre. Instó a otros padres a moldear activamente sus relaciones con sus hijos, enfatizando que nunca es demasiado tarde para comenzar. El viaje de Quincy por la vida estuvo lleno de lecciones, pero nunca lo hizo solo. Sus hijas, a quienes adoraba y respetaba, siempre estuvieron allí para apoyarlo, incluso cuando eso significaba pedirle cuentas.
Al reflexionar sobre una “intervención” familiar una vez, Quincy expresó su gratitud y dijo: “Estoy muy agradecido por mis hijas porque no tienen miedo de enfrentarse a su papá. Soy un ser humano imperfecto y no tengo miedo de decirlo”. El nativo de Chicago admitió que su larga y agitada vida a veces había suscitado malentendidos y controversias públicas. Con el apoyo sincero de sus hijas, Quincy reconoció que, incluso a los 85 años, seguía creciendo. A pesar de los altibajos, el galardonado músico encontró en su familia su mayor fuente de fortaleza y crecimiento.