El intento de una mujer de poner a prueba la generosidad de su acompañante dio un giro inesperado cuando su plan salió mal. En una decisión poco convencional, decidió llevar a 23 familiares a su cita a ciegas, con la esperanza de evaluar su disposición a compartir. Sin embargo, el resultado fue muy distinto a lo que ella esperaba.El plan de la mujer, aunque audaz, resultó ser un fracaso. Su acompañante, conocido como el Sr. Lui, quería impresionar a la Srta. Zhang ofreciéndoles invitarla a ella y a sus familiares a uno de sus restaurantes favoritos. Sin embargo, se quedó atónito al encontrarse no solo con su presencia, sino con la de toda su familia extendida, compuesta por 23 miembros. Como era comprensible, el Sr. Lui se resistió a la perspectiva de pagar la cuenta de una reunión tan grande, lo que provocó una situación incómoda.
El escenario de este incómodo encuentro fue un restaurante en la provincia oriental china de Zhejiang, según informó el periódico local Taizhou Evening News. Las intenciones de la mujer, aunque cuestionables, surgían del deseo de medir la disposición del Sr. Lui a compartir y proveer para su familia. Sin embargo, la ejecución de este plan dejó mucho que desear, especialmente tratándose de una cita a ciegas.A medida que avanzaba la comida, se hizo evidente que el Sr. Lui no estaba de acuerdo con la prueba de generosidad de la mujer. En lugar de aceptar amablemente la cuenta, se marchó abruptamente, dejándola sola con las consecuencias. La cuenta, que ascendía a la considerable suma de 20.000 yuanes (o 3.100 dólares), ahora era responsabilidad exclusiva de ella, un amargo resultado para su intento de poner a prueba su generosidad.
Sin embargo, Zhang no se quedó ahí. Su pareja, decepcionada por el desarrollo de la cita a ciegas, incluso demandó al Sr. Liu. El tribunal dictaminó que el Sr. Liu solo debía pagar 1.400 yuanes de la cuenta.En retrospectiva, el intento de la mujer de evaluar la generosidad de su cita no solo fue infructuoso, sino también costoso. Si bien pudo haber tenido buenas intenciones, su método para poner a prueba la personalidad del Sr. Lui resultó ser un fracaso estrepitoso. Esta historia con moraleja sirve para recordar que la honestidad y la comunicación son clave en cualquier relación, más que las elaboradas pruebas de carácter.