El enfermero no tiene ni idea

En 2016, María, una profesora de música jubilada y al borde del ocaso, pasó sus últimos días en un centro de cuidados paliativos. Uno de sus antiguos alumnos, Joshua Woodard, trabajaba en el centro y la cuidó con esmero. El último deseo de María fue sencillo pero profundamente significativo: escuchar el himno “Cuán Grande Eres”. A pesar del peso emocional de su condición, Joshua, quien la conocía desde los nueve años, se aseguró de cumplir su petición. Guardó la letra en su teléfono y la cantó, brindándole consuelo en sus últimos momentos.

Este conmovedor acto refleja el profundo vínculo entre la profesora y su alumna, ahora invertido, con Joshua cuidando a María en sus últimos días. También destaca la compasión y la bondad de los trabajadores de cuidados paliativos como Joshua, quienes marcan una profunda diferencia en la vida de quienes cuidan, ofreciéndoles consuelo, dignidad y apoyo emocional en sus últimos momentos. El gesto de Joshua ejemplifica el poder de la conexión humana y el importante papel que desempeñan las enfermeras de cuidados paliativos para garantizar un final de vida tranquilo y significativo.

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