Mi difunta madre se hizo rica de la noche a la mañana hace diez años, pero junto con su herencia recibí una carta que decía: “Eres una ladrona” – Historia del día

Mientras Laura lloraba a su madre, cada recuerdo contaba una historia de resistencia y amor, pero una misteriosa carta, en la que se acusaba a su madre de robo, hizo añicos el consuelo de su dolor. ¿Qué secretos escondía la fortuna de su familia y hasta dónde llegaría Laura para descubrir la verdad?

Me senté con las piernas cruzadas en la alfombra de la habitación de mi madre, rodeada de trozos de su vida.

Su jersey favorito yacía en mi regazo y lo estreché contra mí, aspirando el tenue aroma a lavanda que aún desprendía.

El olor familiar me hizo llorar de nuevo.

Cerca de ella yacían doblados sus infames pantalones de chándal, remendados y remendados cientos de veces.

Parecían más una obra de arte que una prenda de vestir. Solté una suave carcajada a través de las lágrimas, sacudiendo la cabeza.

Neil apareció en la puerta, sus pasos cuidadosos, como si no quisiera perturbar mi frágil estado.

Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney

“Laura, amor”, dijo suavemente, agachándose a mi lado. Su mano se apoyó suavemente en mi hombro.

“No tienes que hacer esto sola. Lo superaremos juntos”.

Asentí, secándome las mejillas húmedas con la manga.

“Es que… parece que cada pequeña cosa la trae de vuelta. Incluso este chándal”. Señalé la tela desgastada.

“Podría haberse comprado cien pares nuevos, pero se negó a renunciar a éstos”.

Neil los tomó, les dio la vuelta entre las manos y le llamaron la atención los parches.

Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney

“Sinceramente, pertenecen a algún tipo de salón de la fama por su persistencia. Tu madre tenía dinero. ¿Por qué iba a quedárselos?”.

Una leve sonrisa se dibujó en mis labios.

“Porque no siempre fuimos ricos. Mi infancia fue… dura. Mamá trabajaba sin parar: limpiadora, cuidadora, lo que se te ocurra. Hizo sacrificios para que yo pudiera tener lo básico. Entonces, de la nada, esta enorme herencia lo cambió todo”.

Neil enarcó las cejas. “¿Nunca te dijo de dónde venía?”.

Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney

Negué con la cabeza.

“No. Se lo pregunté muchas veces, pero se callaba o lo ignoraba. Cuando llegó el dinero, ya no tuvimos que seguir pasándola mal, pero mamá siguió siendo la misma. Me enseñó a respetar cada céntimo. Sabía lo que era no tener nada”.

Neil me rodeó con el brazo, tirando de mí en un reconfortante abrazo lateral.

“Vas a hacer que se sienta orgullosa, Laura. Tienes su fuerza. La honrarás en todo lo que hagas”.

Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney

Me incliné hacia él, dejando que su calor me sostuviera. “Eso espero, Neil. De verdad que lo espero”.

Neil estaba en el sótano ordenando cajas polvorientas cuando sonó el agudo timbre de la puerta.

Me limpié las manos en los vaqueros y abrí la puerta para encontrarme a un cartero con un sobre en la mano.

Iba dirigido a mi madre, con letra irregular y en negrita.

“Ha fallecido”, dije en voz baja, con la voz entrecortada.

Solo con fines ilustrativos | Fuente: Midjourney

El rostro del cartero se suavizó. “Siento su pérdida”, respondió antes de marcharse.

Cerré la puerta y me quedé mirando el sobre que tenía en la mano. Había algo en él… extraño. El papel estaba ligeramente arrugado, la tinta oscura y apresurada.

Me picó la curiosidad y, deslizando un dedo bajo la solapa, lo abrí.

Se me cortó la respiración al leer las palabras del interior, escritas con tinta negra y nítida:

“Eres una ladrona. Devuelve lo que has robado si te queda algo de conciencia”.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back To Top