Darse un baño o una ducha caliente justo antes de dormir puede parecer relajante, pero en realidad tiene muchos efectos negativos. Ahora exploramos la evidencia que respalda que ducharse antes de dormir podría no ser tan bueno como se creía.

Disfrutar de una cena deliciosa y darse una ducha caliente justo después es la manera perfecta de terminar el día e ir a la cama. Sin embargo, en realidad, ducharse después de comer puede afectar el sistema digestivo y provocar un aumento de peso. Si necesitas lavarte por la noche, es mejor esperar al menos 30 minutos después de cenar.

Ducharse justo antes de dormir hace que el cabello siga húmedo. Dormir con el cabello húmedo hará que la funda de la almohada absorba la humedad y cree un ambiente cálido y húmedo ideal para el desarrollo de bacterias dañinas. Esto provoca muchos problemas en el cuero cabelludo, como picazón, irritación y caspa.

Te sientes bien cuando tu temperatura corporal es ligeramente más baja, y a medida que tu cuerpo comienza a prepararse para una buena noche de sueño, tu temperatura baja un poco. Tomar una ducha caliente aumentará tu temperatura corporal y confundirá tu cuerpo. Por lo tanto, si no puedes irte a la cama sin bañarte, deberías hacerlo una o dos horas antes de dormir.

El agua caliente eleva la presión arterial y los expertos médicos advierten que puede incluso sobrecalentar el cuerpo y causar estrés al corazón. Si tu corazón se acelera, podrías pasar la noche dando vueltas en la cama, lo que puede provocar aún más problemas de salud.