El apartamento de mis sueños se convirtió en una pesadilla cuando empecé a recibir notas amenazadoras, cada una más escalofriante que la anterior. Cuando descubrí quién estaba detrás de ellas, se me heló la sangre, y mi vida nunca volvió a ser la misma.
Se suponía que mi nuevo apartamento iba a ser impresionante… un nuevo capítulo. Pero se convirtió en una pesadilla despierta. Soy Samantha, 35 años, y ésta es la escalofriante historia de cómo el apartamento de mis sueños se convirtió en una casa de horrores…

Hace dos semanas, estaba en la cima del mundo. Tras años de ahorrar, por fin había conseguido el apartamento de mis sueños. Era una propiedad encantadora de dos dormitorios en el casco antiguo, con accesorios de época y un balcón con vistas al parque.
Di vueltas por el salón vacío, con mi risa rebotando en las paredes. “¿Te lo puedes creer, mamá? ¡Es todo mío!”
Mi madre, Christie, estaba en la puerta, con una sonrisa tensa en la cara. “Es… bonito, cariño. ¿Pero estás segura de esto? Está muy lejos de casa”.

Dejé de lado su preocupación. “Mamá, tengo 35 años. Ya es hora de que tenga mi propia casa. Además, sólo está a treinta minutos en coche”.
Asintió, pero pude ver la preocupación en sus ojos. “Lo sé, lo sé. Es que… echaré de menos tenerte cerca”.
Le di un abrazo rápido. “Te visitaré siempre, te lo prometo. Ahora ayúdame a elegir unas cortinas para estas preciosas ventanas”.
“¿Qué te parece este estampado floral? pregunté, sosteniendo una muestra mientras examinábamos muestras de tela.

Pero entonces, las cosas dieron un giro extraño.
Una mañana, cuando salía para el trabajo, me fijé en un papel arrugado pegado a la puerta. Me temblaron las manos al despegarlo, revelando el garabato irregular que había debajo: