Chica consigue trabajo limpiando y nota una foto de su madre en la habitación de su jefe – Historia del día

Carolina consiguió un trabajo como encargada de limpieza y fue a su primera asignación. El lugar era hermoso, pero algo la dejó muy sorprendida. En la repisa vio una foto de su madre.

“Voy a hacer un gran trabajo”, se dijo Carolina frente a su primera casa. Ella y su mejor amiga, Melissa, se habían mudado a Nueva York días atrás, para hacer realidad sus sueños de ser estrellas de Broadway.

Pero primero necesitaban encontrar trabajo para alquilar un apartamento juntas. Afortunadamente, Melissa había sido contratada en una tienda de ropa y Carolina consiguió un empleo en una agencia de limpieza doméstica.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Era perfecto. No requería tanto tiempo y le encantaba limpiar porque tenía un efecto calmante en ella. Además, si no había nadie en casa, podría aprovechar para cantar.

El recuerdo de su madre la asaltó antes de traspasar la puerta. Helena no quería que ella persiguiera sueños tan tontos, y mucho menos que viviera en Nueva York. Por alguna razón, siempre había odiado a esa ciudad.

Carolina nunca había conocido a su padre, y su madre jamás le dijo una palabra sobre él. Además, era muy controladora con ella, por lo que siempre sintió que debía escapar.

Cuando Melissa y ella planearon el viaje, Carolina sabía que su madre no se lo permitiría. Podría hasta fingir una enfermedad solo para que se quedara. Pero necesitaba luchar por sus sueños. Era su vida. Así que dejó una pequeña nota en la cómoda mientras Helena dormía y se fue.

Pasaron varios días y Helena no la había llamado, lo cual era extraño. Asumió que probablemente estaría muy enojada. Con suerte, lo superaría una vez que ella debutara en Broadway. Ahora, era momento de concentrarse en limpiar esta casa.

Según el director de la agencia, allí solamente vivía un hombre mayor, por lo que no estaba particularmente desordenada. Cuando Carolina entró no perdió tiempo para comenzar a limpiar: primero la cocina, luego la sala de estar y siguió hacia el dormitorio.

Dudó un poco en la entrada de una oficina de aspecto serio, pero no había instrucciones de no entrar. Decidió no mover nada en el escritorio y continuar limpiando.

Había una hermosa chimenea con una repisa en la parte superior y enormes estanterías a lo largo de la pared. Era el tipo de oficina que Carolina solo había visto en las películas.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

Acomodó todo lo más rápida y minuciosamente que pudo, pero se detuvo en seco en la repisa de la chimenea. Había varias fotos encima, pero una le llamó la atención. En ella estaba el rostro de su madre unos 18 años más joven, pero sin duda era ella.

“¿Por qué está mi madre entre las fotos de este hombre?”, se preguntó en voz alta.

De repente, escuchó pasos y un hombre mayor entró a la oficina. “¡Hola! Debes ser la nueva chica de la limpieza. Soy Richard Silva, el dueño de la casa”, se presentó el hombre con una cálida sonrisa. “¿Ya terminaste?”.

“Casi termino, señor. Pero, ¿puedo hacerle una pregunta?”, dijo Carolina con la esperanza de que el hombre no se enfadara si le preguntaba por la foto. “¿Quién es esta mujer?”.

 

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