Jefe nota la cicatriz de su señora de limpieza y se arroja a sus brazos con lágrimas en los ojos – Historia del día

Caleb, un rico hombre de negocios, se topa con la conserje de su oficina que guarda un asombroso parecido con su difunta madre, a la que se creyó muerta durante 28 años. Cuando una prueba de ADN revela que la mujer es su madre biológica, Caleb decide buscar respuestas en su padre, que le había mentido sobre su muerte.

Era una bulliciosa mañana de lunes. Caleb, de 29 años, estaba sentado en su despacho, consultando en su portátil el informe anual de su empresa. De repente, entró una mujer de unos 50 años con material de limpieza.

“Disculpe, señor… Lo siento mucho… No quería molestarlo. Voy a fregar el suelo en cinco minutos”, dijo mientras Caleb levantaba la vista y se llevaba el susto de su vida: la mujer que tenía delante tenía un parecido asombroso con su difunta madre, fallecida hacía 28 años…

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Unsplash

“Dios mío… es increíble”, dijo Caleb. “No pasa nada… pase, por favor”, dijo, con la mirada acechando a la mujer mientras avanzaba por el despacho. “Uh, creo que no te he visto por aquí antes… pero tu cara me resulta muy familiar”.

La mujer sonrió y se dio la vuelta. “Me llamo Michelle, señor. Empecé a trabajar aquí hace poco. Esta ciudad es bastante pequeña… quizá me hubiera visto en alguna parte. Pero me mudé aquí hace sólo dos semanas”.

“Soy Caleb”, dijo mientras sus cejas se fruncían de sospecha. “Michelle, no entiendo por qué tengo esta extraña sensación cuando veo tu cara… pero tal vez tengas razón”, añadió mientras tomaba su taza de café, sólo para derramarla accidentalmente sobre su portátil.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Getty Images

“¡Maldita sea… otra vez no!”, dijo Caleb dando un salto hacia atrás.

“No se preocupe, señor… yo la limpiaré”, Michelle dejó caer la fregona y corrió hacia la mesa de Caleb para limpiar el desastre. Se arremangó y empezó a limpiar la portátil con un trapo. Fue entonces cuando los ojos de Caleb se posaron en una peculiar cicatriz de su brazo izquierdo.

“Ya está… ¡su portátil está limpia!”, dijo Michelle mientras se giraba hacia Caleb.

“Esta cicatriz… ¿Cómo te la hiciste?”, preguntó.

“Oh, ¿esta cicatriz…? Bueno, puede que le parezca extraño. Pero no recuerdo nada de lo que me pasó hace más de veinte años. Tengo amnesia… Ni siquiera recuerdo mi nombre. Cuando vi el nombre ‘Michelle’ en un cartel publicitario, lo adopté como propio… y no recuerdo cómo me hice esta cicatriz”.

Imagen con fines ilustrativos. | Foto: Pexels

El corazón de Caleb empezó a acelerarse. “¿Y qué hay de tus parientes… y amigos?”, preguntó a Michelle mientras miraba simultáneamente su brazo izquierdo con la marca ovalada de la quemadura.

“¡No tengo a nadie!”, dijo Michelle decepcionada. “Nadie vino a buscarme en todos estos años… Ni siquiera cuando estuve en el hospital. Viví una vida de gitana y finalmente encontré un trabajo aquí en este pueblo”.

Una extraña sensación subió por las entrañas de Caleb. Sabía que su mente manejaba una extraña teoría. Pero la cicatriz de Michelle y su asombroso parecido con su difunta madre lo dejaron tambaleándose. “Michelle, no te lo vas a creer. Pero te pareces mucho a mi difunta madre, a la que sólo había visto en una vieja fotografía”, reveló.

“¿Qué? ¿Me parezco a su difunta madre? Vaya… ¿en serio?”, Michelle se detuvo en seco.

“Sí… te pareces mucho a mi madre… murió hace 28 años, según mi padre”, respondió Caleb. “Ella tenía exactamente la misma cicatriz como esta. Sé que esto va a parecer una locura. Pero, ¿podemos ir al hospital y hacernos juntos una prueba de ADN? No sé por qué estoy diciendo esto… pero hay algo que me preocupa. Algo no me parece bien… Y quiero averiguar si hay alguna rareza…”.

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