John Sims se mudĂł a Tucson, Arizona, con la esperanza de vivir una vida mĂĄs tranquila. Nunca imaginĂł que se convertirĂa en uno de los momentos mĂĄs inolvidables de su vida. Todo comenzĂł cuando el antiguo dueño de su nueva casa le contĂł un rumor inquietante.
Al parecer, se decĂa que algo estaba enterrado en algĂșn lugar de la propiedad. John no podĂa sacĂĄrselo de la cabeza, asĂ que empezĂł a cavar en el patio trasero. Lo que descubriĂł le dio escalofrĂos. Definitivamente no se habĂa apuntado a esto. Cuando John Sims se enterĂł de que un amigo vendĂa una casa en el centro de Tucson, Arizona, estaba ansioso por cerrar el trato. Como el dueño era su amigo, sabĂa que estarĂa en buenas manos. Pero una vez hecho el papeleo, su amigo le contĂł un rumor sobre la propiedad. SegĂșn los ancianos del pueblo, creen que habĂa algo misterioso enterrado en algĂșn lugar.
Su amigo nunca resolviĂł el misterio, pero tal vez John sĂ. ResultĂł que John descubrirĂa algo que darĂa que hablar en todo el estado de Arizona. Mientras John empezaba a trasladar sus pertenencias a su nueva casa, recordĂł lo que le habĂa dicho su amigo. SentĂa curiosidad e intriga. Pronto, se decidiĂł a descubrir quĂ© secretos ocultaba su nueva propiedad. John empezĂł a explorar su patio trasero y a cavar.
TerminĂł cavando cuatro hoyos diferentes en el patio trasero y John no encontrĂł nada. Si no encontraba nada debajo de la hierba, lo que fuera debĂa estar debajo de los ladrillos.John consiguiĂł los registros municipales y encontrĂł el registro de la construcciĂłn de su casa. Demostraba que habĂa una extraña estructura construida por una empresa llamada Whitaker Pools en 1961. Ahora que tenĂa pruebas de que habĂa algo enterrado en la propiedad, John estaba mĂĄs decidido a resolver el misterio.
ContratĂł a consultores con detectores de metales para que le ayudaran a encontrar el lugar exacto. Un equipo llegĂł con el equipo adecuado y registrĂł el patio trasero de John. Pronto, los detectores de metales empezaron a sonar. John marcĂł los dos sitios que activaron los detectores de metales con una enorme marca de tiza en forma de X.