En una época en la que viajar puede estar lleno de sorpresas, una joven se encontró en una situación complicada durante su esperado viaje a San Francisco. Después de planificarlo durante un año entero, la joven de 23 años había reservado sus vuelos con anticipación. Estaba emocionada por obtener un ascenso a primera clase gracias a sus puntos de fidelidad y membresía con la aerolínea. Para sentirse más segura sobre su decisión de no cambiar de asiento, recurrió a Reddit. Pero poco después del despegue, aproximadamente una hora después del largo vuelo, las cosas dieron un giro inesperado. Una azafata se acercó con una gran solicitud: ¿estaría dispuesta a cambiar su asiento de primera clase por el de un niño de 10 años sentado en clase económica? Los padres del niño también habían sido ascendidos de categoría, pero su hijo no, lo que significaba que estaba separado de ellos durante todo el vuelo.
El asistente ofreció algunas opciones de compensación, como otra mejora gratuita en vuelos futuros o incluso un reembolso completo. Aun así, la joven sintió que era mejor si se quedaba en su asiento. El asistente explicó que era necesario cambiar de asiento para que la familia pudiera sentarse junta, ya que no había otros lugares disponibles en primera clase.
Al pensarlo, se dio cuenta de que si los padres hubieran comprado sus propios boletos de primera clase, podría haber considerado cambiar de asiento. Pero como los tres miembros de la familia obtuvieron mejoras sin pagar más por ellas, se sintió bien al mantener su lugar. Señaló lo leal que ha sido a esta aerolínea y el esfuerzo que se invirtió para ganar esa mejora.
La azafata respetó su elección y le aseguró que encontrarían otra manera para que la familia se sentara junta. A lo largo de esta situación, la azafata se mantuvo amable y comprensiva; sin embargo, cerca de ella, un pasajero mayor criticó su decisión diciendo que hacía que un niño se sentara solo en un viaje tan largo. Sin embargo, en realidad, notó que el niño a menudo caminaba por el pasillo visitando a sus padres, lo que demostraba que no estaba completamente solo después de todo. Aún así, esto la dejó preguntándose si lo que había hecho estaba bien o no.
Este evento muestra lo complicado que puede volverse viajar cuando las ganancias personales chocan con las necesidades de los demás. Esto plantea preguntas importantes sobre la justicia y las recompensas por lealtad, así como sobre las responsabilidades que tienen los pasajeros entre sí. Si bien algunos pueden ver su elección como egoísmo, otros podrían argumentar que es justa para alguien que se ganó esos beneficios a través de vuelos frecuentes. Un comentarista dijo:
“¡De ninguna manera! ¡Los padres nunca deberían haberle quitado los asientos a su hijo de esa manera, especialmente a los dos! Si les importara tanto, podrían haber regresado a la clase turista”. Otro agregó sabiamente: “¡Exactamente! ¡Uno de los padres podría intercambiar con él para que no estuviera solo! Esto no es tu culpa, OP; ¡yo también revisaría mi asiento durante el check-in!”